The Drop (Michaël R. Roskam, 2014)
Y mi fugaz visita al 62 Festival de
Cine de San Sebastián terminó con esta película, también de
sección oficial, y que me dejó muchas mejores sensaciones que las
tres anteriores.
Cine negro. Cine negro bien hecho. The
Drop nos habla del crimen organizado en New York y de cómo utilizan
los bares como tapadera para el blanqueo de dinero. Nos pone en la
piel de Bob Saginowski (Tom Hardy), camarero de uno de esos bares, que una noche conoce
casualmente a Nadia (Noomi Rapace) al encontrar un perro maltratado en
su basura. Más o menos al mismo tiempo, su bar resulta atracado y, al empezar a avanzar la investigación,
la situación se enturbia rápidamente.
Malos muy malos y buenos que
no parecen tan buenos entremezclados de formas difíciles de aclarar
hasta que la trama no avanza. La historia, basada en una novela de
Dennis Lehane, se aproxima de una manera fresca al trillado tema del
crimen organizado, al ponernos en la piel de los peones (o de
víctimas, según se quiera ver) de dichas bandas, con sus vidas y
sus relaciones interpersonales, alejándose de dar la imagen
completa.
En cuanto a la estética, la película hace honor a
su género, el cine negro, con una imágen oscura muy bien cuidada.
El ritmo de la narración resulta muy correcto: la progresión resulta natural, sin saltos, y sin aburrir en
ningún momento. Y a este fluir ayudan también las interpretaciones, muy buenas y que resultan en unos personajes creíbles.
Un película recomendable sin ningún
tipo de duda.